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La arquitectura bioclimática

Terraza bioclimática

23.02.2015

La arquitectura bioclimática es aquella arquitectura que se adapta al medio ambiente con la finalidad de optimizar el consumo de los recursos naturales para ahorrar el máximo de energía y hacer más saludable una vivienda o edificio.

 

Aunque parezca que este tipo de construcciones sean un concepto nuevo, la verdad es que la mayoría de soluciones arquitectónicas se basan en sistemas tradicionales de construcción característicos de cada zona, de acuerdo con la climatología de cada área. Si bien es verdad que la arquitectura bioclimática puede acarrear un sobrecoste en la construcción inicial de la vivienda, el ahorro en emergía debería compensar este sobrecoste a medio y largo plazo.
 

Buscando el máximo confort con el mínimo consumo

El título de este apartado podría ser suscrito por cada uno de nosotros, pues en nuestros hogares buscamos una temperatura confortable durante todo el año, a la vez que intentamos que esto no repercuta excesivamente en las facturas de los suministros de nuestro hogar.

Sabemos que la temperatura de confort de una vivienda se sitúa en torno los 20ºC pero la temperatura del exterior puede variar mucho y la arquitectura bioclimática intenta minimizar estas oscilaciones térmicas y de humedad.
 

Soluciones bioclimáticas que podemos aplicar en nuestras viviendas:
 

1. Películas reflectivas para ventanas: se pueden añadir en las ventanas con orientación este y oeste y su función principal es la de ofrecer protección contra el calor solar. Este tratamiento reduce enormemente la entrada de los rayos UV y la energía solar y, dependiendo del tipo de producto, permite en menor o mayor grado la entrada de luz solar en el interior de la vivienda.
 

2. Los árboles de hoja caduca también ayudan: En la arquitectura bioclimática  no sólo se tienen en cuenta aspectos constructivos y de orientación de una vivienda, sino también aquellos elementos externos que pueden ayudar de una manera u otra a mantener nuestra vivienda correctamente climatizada. Los árboles de hoja caduca son una buena manera de mantener fresca la fachada más calurosa de la vivienda en la época de más calor, mientras que la caída de las hojas en otoño permiten que en la época invernal los rayos de sol lleguen a nuestro hogar.

3.Fachadas vegetales para aislar de los elementos externos: ya sea para una fachada orientada a norte o a sur, existen multitud de plantas enredaderas que nos pueden ayudar a aislar nuestra vivienda del frío, el calor o el viento. Dependiendo de las condiciones climatológicas de cada lugar, podremos escoger entre unas plantas u otras (la Madreselva, la Parra Virgen, la Hiedra, la Buganvilla, la Pasionaria, la Celestina o la Bignonia son algunas de ellas). Por ejemplo, en una fachada con orientación sur, las plantas enredaderas de hoja caduca serán las más efectivas, pues evitarán la radiación solar en verano, mientras que en invierno dejarán pasar el calor.
 

4. El color de la fachada es importante: Seguramente ya nos habremos fijado en que los pueblos sureños suelen tener las casas pintadas de blanco, mientras que en el norte las viviendas utilizan colores más oscuros, como el negro. Esto también tiene una lógica bioclimática, pues el color blanco ayuda a disipar los rayos del Sol, mientras que el negro atrapa y acumula el calor solar.

5. Aprovecha la ventilación cruzada de tu vivienda: si tienemos una vivienda que tiene ventanas con distinta orientación, puedes aprovechar la ventilación cruzada para optimizar la refrigeración en los periodos más calurosos. Esta ventilación se consigue abriendo entradas de aire con orientación opuesta (este-oeste; o la que es más efectiva, norte-sur), facilitando el paso de un mayor flujo de aire. Estas corrientes son un excelente método para refrigerar nuestra vivienda en verano. En situaciones de mucho calor deberemos aprovechar las horas nocturnas para airear nuestro hogar, siendo un buen recurso instalar mosquiteras en las ventanas para impedir la entrada de insectos y a la vez no renunciar a una óptima ventilación.

Hay zonas donde apenas existen corrientes de aire, por lo que la ventilación cruzada es casi imperceptible. En estos casos, deberemos mantener la vivienda cerrada durante el día y aprovechar la noche para abrir todas las ventanas y refrescarla.
 

6. Controla la radiación solar de tu vivienda: es muy importante aprovechar y optimizar esta fuente de calor. En verano, los toldos son uno de los métodos más eficaces para dispersar el calor, ya que protegen de los rayos del Sol, a la vez que permiten la entrada de un gran flujo de aire. Por contra, en épocas de entretiempo e invierno, deberemos aprovechar al máximo esta radiación solar recogiendo los toldos y escondiendo las persianas en las horas de más sol. En este sentido, las ventanas y cristaleras de la vivienda deben aprovechar la radiación solar directa en las horas de máxima radiación, mientras que cuando esta radiación es menos intensa, será el momento de cerrar persianas para conservar al máximo el calor del interior de la vivienda.
 

7. El aislamiento, algo básico: Muchas de estas soluciones bioclimáticas de poco nos pueden servir si nuestra vivienda no está bien aislada térmicamente. El aislamiento de paredes, suelo, techo, puertas y ventanas es básico para ahorrar en nuestro consumo de energía. Pero si no disponemos de suficientes recursos para aislar térmicamente paredes o techo de nuestra vivienda, como mínimo deberemos sellar correctamente puertas y ventanas utilizando silicona o burletes. El cajón de la persiana también supone un punto débil para el correcto aislamiento de nuestro piso o casa. En este sentido, podemos recurrir a productos como el corcho o la espuma adhesiva para aislar correctamente esta zona.