10/06/2025
Más frescura, menos consumo y cero molestias: así se vive el verano con techo radiante
¿Existe una alternativa más eficiente, saludable y confortable al aire acondicionado? Sí, es el techo radiante. Aunque suele asociarse al invierno, el techo radiante también ofrece importantes beneficios en verano, posicionándose como la mejor solución radiante para combatir el calor.
Aquí te explicamos por qué, sus ventajas sobre el aire acondicionado y cómo dar el paso para instalar techo radiante en tu hogar.
¿Qué es el techo radiante y por qué es ideal para el verano?
En muchos hogares, el aire acondicionado sigue siendo la primera y única opción para combatir el calor. Este hecho también condiciona la percepción que tenemos de las alternativas disponibles para combatir el calor, como lo es el techo radiante
El techo radiante es un sistema de climatización que utiliza paneles instalados en el techo para emitir o absorber calor mediante radiación. A diferencia de los sistemas por aire, este método actúa directamente sobre las superficies y el ambiente, sin generar corrientes de aire ni ruido. En modo refrigeración, el techo radiante absorbe el calor del interior de la vivienda, creando una sensación térmica agradable y constante.
La razón por la cual el techo radiante es especialmente efectivo en verano radica en su eficiencia en la disipación del calor. Al aprovechar el principio natural de que el calor asciende, el sistema logra capturarlo desde la parte superior del espacio, evitando acumulaciones de temperatura y reduciendo el estrés térmico de manera uniforme.
Además, el techo radiante tiene la capacidad de mantener una temperatura homogénea en toda la estancia, sin puntos fríos o calientes, lo que incrementa el confort térmico y elimina los cambios bruscos que suelen acompañar a otros sistemas.
Techo radiante Vs. aire acondicionado
Una de las principales ventajas del techo radiante frente al aire acondicionado es la sensación térmica más natural y uniforme. Mientras que los aires acondicionados funcionan por convección, impulsando aire frío en una dirección concreta, el techo radiante enfría por radiación, proporcionando una climatización más estable y sin corrientes molestas. Esto se traduce en un ambiente más saludable, sin sequedad en el aire ni problemas respiratorios.
El techo radiante requiere menores temperaturas de trabajo, lo que implica un consumo energético más bajo. Esto es especialmente notable si se combina con una bomba de calor eficiente o fuentes renovables, lo que lo convierte en una solución sostenible y rentable a largo plazo. Estudios demuestran que puede generar hasta un 30% de ahorro en comparación con sistemas tradicionales de aire acondicionado.
Al estar integrado en el techo, este sistema es invisible y silencioso, sin unidades interiores que afecten la estética del espacio ni necesidad de mantenimiento constante. Esto también libera paredes y suelos, dejando más espacio útil en las estancias.
¿Cómo pasar del aire acondicionado al techo radiante? Un solo sistema para todo el año
Es posible prescindir por completo del aire acondicionado y la calefacción tradicionales si se apuesta por un sistema de techo radiante con bomba de calor reversible, capaz de climatizar la vivienda en verano e invierno con total eficiencia.
Para realizar el paso de cambiar de aire acondicionado a techo radiante, quizá el mejor momento es durante una reforma integral o realizar una rehabilitación energética en entretiempo (en primavera u otoño), evitando picos de demanda e instalación de última hora.
Con ello, no solamente ganaremos en confort en verano, sino en todo el año, eliminando la necesidad de contar con dos sistemas independientes (aire acondicionado y calefacción), simplificando la instalación y el mantenimiento. Con una bomba de calor aire-agua o geotérmica, se consigue calefacción en invierno y refrigeración en verano con el mismo equipo, de forma automática y programable.
Aunque la inversión inicial del techo radiante puede ser superior a la de un sistema de aire acondicionado convencional, su rendimiento y durabilidad compensan con creces. Además, al centralizar la climatización en un solo sistema eficiente, se reducen los costes a largo plazo y se revaloriza la vivienda desde el punto de vista energético y de confort.