27/12/2018
Presentamos cinco razones con las que convencer a los más escépticos sobre la necesidad de optimizar una instalación de radiadores.
En muchas ocasiones, los propietarios de una vivienda o de un negocio se oponen a la adquisición de nuevos accesorios para su calefacción, aunque los profesionales de la instalación los consideren necesarios para optimizar su rendimiento. Muchas veces se perciben como un gasto extra y sin un beneficio claro.
Es importante, pues, saber qué puntos clave pueden inclinar la balanza a favor de la instalación de cabezales termostáticos y repartidores de costes, dos de los elementos que optimizan más y mejor una instalación de calefacción mediante radiadores.
En las comunidades de vecinos con calefacción central, los usuarios pagan a partes iguales por el consumo total de todo el edificio, sin tener en cuenta qué viviendas o negocios han gastado más energía.
Pero, ¿existe alguna manera de que cada hogar pague por lo que realmente ha consumido? Sí: con la introducción de repartidores de coste en una vivienda. Este pequeño dispositivo se instala en un radiador y mide el calor emitido por este; si colocamos un repartidor de costes en cada radiador, podemos establecer el consumo total de una vivienda. Así pues, con los datos de consumo individual de cada hogar en una comunidad, se pueden emitir facturas donde cada vivienda pague por lo que realmente consume, evitando así dividirlo a partes iguales entre todos los miembros de la comunidad.
A cualquier usuario se le puede convencer fácilmente en este punto: no tener que pagar el exceso de consumo de otro vecino es una medida más justa que, además, impulsa el consumo energético responsable.
Existe una Directiva Europea (2012/27/UE) para los países miembros de la Unión Europea que obliga a instalar repartidores de costes en los edificios con calefacción central. En España, esta normativa ya está en fase de aprobación mediante Real Decreto y no tardaremos mucho en ver como se aplica.
La instalación de repartidores de costes ya se puede ver cómo algo que será inevitable y es conveniente concienciar de su implantación antes de que la normativa lo obligue y existan sanciones por su incumplimiento.
La instalación de repartidores de costes no reduce la factura por sí misma, pero sí que lo hará en combinación con los cabezales termostáticos. Este tipo de cabezal permite la regulación del radiador: cierra el paso de agua caliente de manera automática al llegar a una determinada temperatura que nosotros hemos establecido de antemano. De esta manera, podemos ajustar el consumo de cada radiador individualmente, sin perder confort y ahorrando energía.
Es por ello que es el mejor aliado del repartidor de costes y se complementan mutuamente; se trata de un mensaje importante para concienciar sobre la necesidad de ambos elementos.
Para muchos usuarios, reducir el consumo también se traduce en perder confort, ya que suelen rebajar la temperatura de confort con tal de gastar menos. Esto no es así con los usuarios que dispongan de cabezales termostáticos.
Como hemos mencionado, los cabezales termostáticos se pueden programar individualmente en cada radiador y esto permite alcanzar el confort ideal para cada estancia de la casa sin incrementar el gasto global.
Por ejemplo: podemos establecer una temperatura más alta en los radiadores del baño, un lugar de aseo que exige el máximo confort, y dejar al mínimo los de la cocina, un espacio en el que elementos como fogones u horno ya emiten calor. De esta manera, se mejora la distribución y el reparto del calor en la vivienda sin incrementar su consumo.
Amortizar los cabezales termostáticos es, posiblemente, el mayor obstáculo que puede ver un usuario para llevar a cabo su instalación: es importante cuantificar correctamente estos datos para convencerle.
En Giacomini realizamos una prueba de consumo en una vivienda real, comprobando el gasto antes y después de la instalación de cabezales termostáticos. El resultado es que se puede llegar a ahorrar un euro al día, lo que al final de mes puede suponer un ahorro del 25% en la factura mensual. Además, el mantenimiento de los cabezales – y también de los repartidores de costes – es mínimo y muy sencillo.
Estas cifras ayudarán a concienciar al usuario de que invertir también es ahorrar.