Estados Unidos abandona el Acuerdo de París contra el cambio climático de la mano de Donald Trump. Esta ha sido, sin duda, una de las noticias de la semana pasada. Pero también puede que sea uno de los hechos con más impacto en el próximo decenio.
La presión de la ONU y la Unión Europea no han sido suficientes para aplacar la decisión del presidente americano. Tampoco han surgido efecto las voces contrarias en su propio país, desde la comunidad científica hasta la de gigantes energéticos como Exxon, General Electric o Chevron, e incluso los puntos de vista discordantes dentro de su propia ejecutiva o el mismo Partido Republicano.
¿Decisión electoralista?
Para entender la decisión de Trump hay que mirar al entorno político actual que vive el Presidente de los EEUU, presionado por los múltiples escándalos que le vinculan con Rusia y el papel de este país en su victoria electoral. Con la ruptura del Acuerdo de París, Trump cumple una de sus promesas electorales más repetidas en campaña.
Donald Trump siempre consideró que el Acuerdo de París era una medida para minimizar el potencial industrial de Estados Unidos frente a otras superpotencias como China o países en proyección como la India. Y su electorado, formado por una clase social empobrecida tras la desindustrialización de parte del país, le apoya.
Es por ello que Trump se ha lanzado al abismo en una medida que puede proporcionarle un respaldo electoral a corto plazo pero puede ser una derrota para el país americano y el resto del mundo a largo término.
Las consecuencias
A día de hoy, Estados Unidos es el segundo mayor emisor de carbono del mundo, responsable del 15% del total. China es el mayor emisor, con un 30%; UE, India, Rusia y Japón suman un 25% entre ellos mientras los demás de los países suponen el 30% restante. Así pues, el abandono del tratado por parte del segundo contribuyente al calentamiento global puede ser clave para no poder cumplir el objetivo fijado en París: que a finales de nuestro siglo el aumento de la temperatura en el planeta no alcance los 2 grados.
Los expertos señalas que si no cumple la reducción acordada en París, EEUU podría por si sola hacer aumentar la temperatura de la Tierra en 0.3 grados. Si tenemos en cuenta que ya se ha superado 1,1 grados en apenas dos décadas de los 2 que se han fijado el panorama no es alentador.
Una ruptura llena de simbolismos
Pero la salida del Acuerdo de París supone algo más que el gravísimo aumento de emisiones. También ha supuesto dar la espalda a la comunidad científica y abrir la puerta a futuros abandonos de otros países. Actualmente, EEUU está sola junto con Siria y Nicaragua; el resto del mundo, incluidos países sin reconocimiento formal en muchos aspectos como Palestina, están dentro del acuerdo. ¿Cuánto durará esta unión tras el gesto de Trump?
No deja de ser una paradoja que EEUU, buscando ser el líder mundial económico, haya dejado de serlo automáticamente en la lucha contra el cambio climático. La Unión Europea y China buscan ahora ser el paladín del Acuerdo de París y futuras medidas para la reducción de emisiones, dejando tocado a su país en el ámbito diplomático.
Con fuga americana, Donald Trump se ha dado la razón a si mismo: ahora el Acuerdo de París está en manos de sus rivales económicos. Pero para ello ha hipotecado el futuro del Planeta.