El pasado domingo 26 de marzo cambiamos nuestros relojes al horario de verano. Pero, ¿es realmente útil este cambio de horario? Han surgido voces a favor y en contra, pero también está en nuestras manos hacer que sea realmente útil.
Al adelantar nuestros relojes una hora estamos cumpliendo con una directiva europea pensada para ahorrar energía. El cambio horario no es una solución nueva; se adoptó definitivamente en 1981 tras la Crisis del Petróleo de mediados de los ’70. Pero lo cierto es que el horario de verano también necesita de nuestros hábitos para mejorar el ahorro de energía.
Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, solamente en España el ahorro energético que comporta el horario de verano se cifra en 300 millones de euros al año. Esta posición choca directamente con otros estudios, como el realizado por la Universidad de California, que mostró como el horario de verano no soluciona por si solo el problema energético. El estudio afirma que el ahorro en luz artificial se pierde en consumo de aire acondicionado, ya que los usuarios llegan antes a casa, a una hora donde sigue haciendo calor.
Así pues, está en nuestras manos hacer que este cambio sea beneficioso. El horario de verano modifica nuestros hábitos diarios en muchos aspectos, el más positivo es que más horas de sol incrementa nuestro número de actividades al aire libre. Esto acarrea una disminución del consumo de aparatos electrónicos (televisores, ordenadores, aire acondicionado, etc.).
Pero también podemos colaborar al prescindir del uso de ciertos electrodomésticos, como la secadora, o disminuir la temperatura de nuestra caldera a 50º. A mayor calor, la temperatura del Agua Sanitaria Caliente no es necesaria que supere esta cifra y ahorramos energía en su calentamiento. Además, abrir las cortinas y persianas también nos ayudará a bajar el consumo de luz.
España es uno de los países más calurosos de Europa y nos podemos beneficiar más del horario de verano. De hecho, incluso hay propuestas por parte de Comunidades Autónomas, como Baleares y Valencia, con la intención de mantener este horario durante el resto del año.
Unos mejores hábitos energéticos harán que este cambio sea aún más provechoso para todos y por supuesto para el medio ambiente.