A principios de agosto Barack Obama anunció un ambicioso plan para reducir drásticamente las emisiones de CO2, por el cual Estados Unidos intentará para 2030 reducir en un 32% las emisiones de CO2 de las centrales termoeléctricas respecto a los niveles de 2005.
En un discurso en la Casa Blanca, Obama anunció un plan para reducir drásticamente las emisiones, al que se refirió como "el paso más importante dado hasta ahora" por su país para luchar contra el cambio climático.
En dicho discurso, el presidente constató que el cambio climático es un hecho y que "somos la primera generación en sentir los impactos del cambio climático", a lo que quiere poner remedio en breve.
Evidentemente, el Plan de Energías Limpias tiene también sus detractores dentro de EEUU, especialmente los del bando republicano, que acusan esta iniciativa de comprometer seriamente la industria del carbón. Por su lado, Obama insiste que no pretende abrir una guerra al carbón y que los estados con una fuerte dependencia a esta indústria recibirán ayudas para una reconversión sostenible.
El otro país responsable de una cuarta parte de las emisiones de CO2 a la atmósfera es China, que también se ha comprometido a reducir sus emisiones, pero con cinco años más de margen que Estados Unidos.
Foto: Reuters