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La isla más remota del mundo

Tristan da Cunha

26.06.2015

¿Quién no ha pensado alguna vez en irse por un tiempo -o para siempre- a la isla más remota del mundo? Os presentamos Tristan da Cunha, la isla habitada más remota del mundo. 

 

De hecho, se trata de un archipiélago de islas que se encuentran en el Atlántico Sur, compuesto por la Isla de Gough (la principal, habitada y donde se emplaza el pueblo Edimburgo de los Siete Mares), las islas Nightingale y la Isla Inaccesible. En total, 185 Km2 y con una población de poco más de 300 habitantes; todos ellos viven en Edimburgo de los Siete Mares.

La historia de esta isla es algo peculiar, pues pertenece al protectorado de Santa Helena (anexionado al Reino Unido desde 1816), población más cercana a la isla que se encuentra ni más ni menos que a 2.000 kilómetros de distancia. Tristan da Cunha no dispone de aeródromo, por lo que su conexión con el exterior es a través de un pequeño puerto. Y por si esto fuera poco, por las condiciones meteorológicas, sólo se puede acceder a la isla durante 60 días al año, con unos trayectos marítimos que van desde los 7 hasta los 10 días. Casi nada, ¿verdad?

Como supondréis, sus habitantes son gente bastante desconectada del ajetreado mundo "occidental". Pero a mediados del siglo pasado, un percance les obligó a probar el estrés de las urbes, y más concretamente el del Reino Unido.

Ocurrió que un respiradero del volcán que preside la isla, el Queen Mary’s Peak, entró en erupción en 1961, por lo que se tuvo que desalojar la isla. Sus habitantes se desplazaron hasta el Reino Unido durante unos años. Tiempo suficiente para ver que aquello no iba con ellos, reforzando aún más el sentimiento de pertenencia a su isla.

Así pues, cuando en 1963 fue seguro volver a la isla, los “Tristanians” regresaron con las ideas aun más claras de mantener su identidad isleña y de intentar sobrevivir en una isla limitada en cuanto a recursos y alejada de la civilización.

Ahora, ya en pleno S.XXI, Tristan da Cunha debe hacer frente a su modernización e intentar no perder la identidad. Los edificios necesitan grandes reformas, ya que están desfasados por el paso del tiempo y la climatología oceánica y la población debe intentar autoabastecerse y no ser tan dependiente del gasóleo. Para ello, se requiere de una reforma general de la isla que englobe muchos aspectos (desde la recogida y tratamiento de aguas pluviales hasta el aislamiento de las viviendas).

Concurso Internacional para Arquitectos

Y para que veáis que hasta las islas más pequeñas y remotas del mundo son capaces de ofrecer grandes posibilidades, Tristan da Cunha ha convocado un concurso internacional para reducir el coste de la vida de la población, que cada vez es mayor.

En el concurso se emplaza a los candidatos a proponer proyectos que mejoren el terreno agrícola, para no ser tan dependientes de la pesca. Asimismo, el puerto requiere de una fuerte inversión para que sea útil durante más días al año. Los edificios no disponen de calefacción ni de un correcto aislamiento y este sería otro punto a tener en cuenta. Los sistemas de mantenimiento y reciclaje del agua es otro punto crítico para los habitantes de la isla, que disponen de agua dulce de manera muy limitada.

En definitiva, un proyecto global, donde se parte casi desde cero y con el que cualquier arquitecto soñaría con poder llevar a cabo. Así que si estás interesado, puedes encontrar más información en la siguiente página web: http://www.ribacompetitions.com/tristan/index.html