En los últimos años se ha extendido la idea de que las cubiertas vegetales en casas y edificios son una solución económica, saludable y medioambiental en las grandes urbes. Y es completamente cierto. Así que vamos a analizar distintos métodos de cubiertas vegetales que podemos aplicar a nuestra vivienda.
La idea de incorporar vegetación en las grandes urbes para controlar los niveles de CO2 emitidos por el ser humano y para conciliar la estresante vida de la ciudad con espacios verdes de descanso y recreo empezó hace mucho tiempo con la creación, rediseño o adaptación de zonas verdes urbanas. De esta manera, encontramos que ciudades de todo el mundo poseen grandes parques y zonas ajardinadas que contrastan con los bloques de viviendas urbanas. Algunos ejemplos son el Central Park de Nueva York, el Hyde Park y Kensington Gardens en Londres o el Parque del Retiro en Madrid.
Las azoteas vegetales:
Pero el constante incremento del precio del metro cuadrado en estas grandes ciudades evita que se puedan crear nuevas grandes áreas verdes en las ciudades en favor del mercado inmobiliario.
Es por eso que, desde hace ya unos años, se están instalando en edificios urbanos las azoteas vegetales. Se trata de jardines de distintas medidas en las azoteas de edificios donde la vegetación es la protagonista, llegando a integrar el color verde en zonas donde sólo existía el cemento y el ladrillo, integrando aún más la vegetación en las ciudades y difuminando esa línea entre el verde de los parques y el gris del hormigón.
Las azoteas vegetales permiten no sólo teñir de color el paisaje aéreo de las ciudades, sino que representan un elemento protector ante los rayos UV y aislante del calor en invierno y refrescante en verano, permitiendo ahorrar más de un 30% de energía en verano (periodo donde se consume más energía en nuestro país). Además, las plantas regulan la humedad ambiental y como se ha expuesto anteriormente, eliminan una parte importante de CO2 de la atmósfera. Y por si esto fuera poco, en épocas de fuertes lluvias absorben hasta un 80% el agua, reduciendo el riesgo de inundaciones.
Especies recomendadas:
Dependiendo de la zona del país donde vivamos, deberemos escoger un tipo de plantas u otro. Sí que es verdad que los jardines más bellos, que combinan césped, árboles, arbustos y plantas de todo tipo necesitan de un cuidado intensivo, así como mucha tierra, nutrientes y riego constante. Si nuestra idea es mantener un espacio vegetal pero que no nos obligue a estos cuidados, existen arbustos y plantas resistentes a temperaturas extremas (calor y frío) en distintas épocas del año y que no requieren apenas mantenimiento.
Es el caso de las crasuláceas y las aizoáceas, plantas resistentes a temperaturas extremas y a la sequía. Asimismo, otras plantas aromáticas como la albahaca, el tomillo o el orégano también son resistentes a este tipo de clima y son un complemento a nuestra dieta.
Lee la continuación de este artículo aquí: Cubiertas vegetales (II): las fachadas vegetales